domingo, 14 de diciembre de 2014

Tú puedes hallarlo

TÚ PUEDES HALLARLO.

El alma iba peregrina por los caminos de la vida. 

Buscaba a Dios.

Un genio cruzó la vía. Hondísima arruga surcaba su frente; quebrado el brillo de sus ojos y pálido el semblante. Su mirada como lamento; su voz como sollozo, y le habló:

¿Buscas a Dios?

-Está muy lejos -dijo el alma.

-¿Quieres verlo? Sólo yo puedo dar a tus ojos la lente maravillosa que aleja las sombras y acerca el infinito. Hazme tu compañero y amigo.

El genio tomó una lágrima de sus párpados amortecidos y la puso en las pupilas del alma…

Ella, trémula, palpitante y reverente, cae de improviso arrodillada.

Solo detrás de una lágrima se ve a Dios.

Eduardo Calcaño.

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