sábado, 10 de enero de 2015

LEVANTATE Y ANDA. FACUNDO CABRAL (Transcripción Juana Macedo. Parte 6)

LEVÁNTATE Y ANDA. FACUNDO CABRAL
(Transcripción Juana Macedo. Parte 6)

La vida es un verbo, no un nombre, por eso no es vida es vivir, por eso no es amor es amar, por eso no es canción sino cantar. Escuché en Jerusalén, la oración se transforma en canción y ésta en el cantar de los cantares. Algo acabado, definitivo es algo muerto y la vida es movimiento constante. Por eso no hay puntos finales, solo etapas, estados o lugares donde descansamos un rato, solo un rato porque la vida vuelve a empujarnos hacia sus caminos que son infinitos.

El amor es luz, por eso no puede detenerse en las sombras del que no se conoce. ¿Cómo te verá el amor si no te ha visto?, cuando desborde felicidad llegará el amor, exige tierra fértil porque su deber es alimentar a la vida, no entretener a los aburridos. Exige que todos sean perfectos, fracaso seguro, porque te exiges la perfección, no la felicidad que es la que llama al amor, que es perfecto en sí mismo. La idea de la perfección ha envenenado a mucha gente desde hace muchos siglos. 

Vive aquí y ahora, no pienses en la perfección que siempre es mañana, es decir nunca, no te distraigas del jardín, del ahora mismo y mañana, es decir uno de los ahora mismo que vendrá, tendrá flores, entonces será fácilmente bello y generoso como la flor. Olvida la periferia y entra a tu templo es decir a ti mismo, entonces sabrás quién eres, entonces sabrás que quieres y para qué. 

El amor no es una relación, es una expansión porque cada uno debe hacerse cargo de sí mismo. Podemos hacer cosas por los demás, pero no hacernos cargo de los demás ni debilitarnos permitiendo que los demás se ocupen de uno. Tu vida está en tus manos, tú decides ser feliz o infeliz, decisión que seguramente influenciará a los demás. Si vas de tus raíces que es tu ideología a tu vuelo que es tu conciencia, siempre darás amor porque ya hiciste de ti un hombre libre y feliz, pero que podrías dar si no te diste nada y que no haya flores en tu jardín, confirma que todavía no llegaste a la primavera. 

No escapes de la soledad porque por ello te conocerás, es más, te guste o no, después de cada experiencia volverá, y es el mejor espejo para que sepas quién eres, algo grande al que no engañarán tus pequeñeces, y la soledad no es triste, es profunda porque te lleva al centro de tu ser al que muy pocos se animan, la soledad el único estado en el que puedes sentir la totalidad de la libertad, la soledad cuya consecuencia es el verdadero amor que no es posesivo, como la meditación aparece sin esfuerzo. No escapes de tu reino que es la soledad, no dejes tu mayor tesoro, entonces no dependerás de nadie y podrás beneficiar a cualquiera (Continúa parte 7)

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