viernes, 31 de marzo de 2017

LA LEYENDA DE FACUNDO CABRAL.



La voz —un insecto enhebrado en los párpados de la estática— llega a través del teléfono.

—Yo… ocho idiomas… después… shock… 1978… mi hija… mi mujer… avión… me olvidé de hablar.

En algún lugar, al sur de la provincia de Buenos Aires, un auto atraviesa la ruta y un hombre masculla —la voz sedosa, monocorde— lo que ha dicho tantas veces, con el tono de quien lo dice por primera vez: quien lo revela.

—Perdí…. vista… sillón de ruedas… dos años.

La voz, pulverizada entre los dedos de la interferencia, dice llamame, dice viernes, dice Buenos Aires.

—Llamame… viernes… Buenos Aires.

Alguien —el conductor: alguien— advierte «Se va a cortar, Facundo».

Y, efectivamente, la comunicación se corta.

Viernes. Buenos Aires. El hombre —camisa de jean, saco azul, gafas marrones, bastón de madera— tiene 70 años y manos cálidas, jóvenes.

—Decime si hay algún pozo. Yo sólo puedo mirar hacia adelante. No puedo ver hacia abajo o hacia arriba.

El bastón de madera palpa las baldosas de la Plaza San Martín, una de las zonas más elegantes de la ciudad.

—¿Me acompañás a pagar el teléfono?

El teléfono. El hombre, que vive a tres cuadras de esta plaza, en un cuarto de hotel que compró veinte años atrás, sólo puede llamarse dueño de alguna ropa, de algunos libros, de este teléfono.

—No me gusta tener cosas que cuidar. Soy muy egoísta. Por eso vivo en un hotel. Tengo veinticuatro horas para mí.

—Disculpe, ¿usted es de Tandil? –pregunta una mujer que pasa.

El hombre dice sí.

—Sí...

Tantos libros por leer...

En los ojos están todas las verdades que la boca no puede decir


Seas lo que seas, se uno de los buenos


El loco el enamorado y el poeta están llenos de imaginación


jueves, 30 de marzo de 2017

La soledad no es un castigo...


¿Cómo le gustaría ser recordado?

Como un hombre agradecido, el agradecido siempre es agraciado. Como el desagradecido jamás termina gozando absolutamente nada porque siempre cree que se merece más. Si uno acepta lo que viene y lo goza, y vive aquí y ahora mismo con lo que hay, ¡mi Dios, estamos salvados! Hasta desparecería de nuestro vocabulario la palabra pobreza y la palabra soledad cobraría otra dimensión. La soledad no es un castigo. Gracias a ella, nos conocemos, sin ella no sabríamos quienes somos.

Ni tú, ni yo, ni nadie golpea más fuerte que la vida..


No perdiste a nadie...


PURA VANIDAD



PURA VANIDAD.

Una mujer de 45 años sufre un ataque al corazón y mientras está en la mesa de operaciones tiene una experiencia cercana a la muerte.
Ve a la muerte y le pregunta si en verdad se va a morir.
La muerte le dice que no, que va a vivir 30 ó 40 años más.
Se recupera y decide aprovechar que ya está en el hospital y hacerse una liposucción en los muslos y el abdomen.
Después de 2 semanas y ya recuperada, pide un préstamo al banco para hacerse una cirugía estética.
Se levanta las bubbies, se agrega un poco de silicona en las pompas, se arregla la nariz, colágeno en los labios, fuera las arrugas y las patas de gallo.
Se hace un tratamiento para las varices y celulitis, paga por adelantado 120 sesiones de masajes reductivos, se engrapa el estómago, se quita 2 costillas y realiza algunas otras artimañas posibles para rejuvenecerse...
Piensa que si va a vivir 30 o 40 años más, mejor que sea estupenda.

Cuando por fin sale del hospital tras de su última operación, cruza la calle y... Chingue su madre que la atropella una ambulancia.
Y al llegar al hospital, nuevamente se ve de frente a la muerte le pregunta:
Pero bueno! Tu me lo prometiste ! No que iba a vivir 30 o 40 años más?

Pues sí, pero no chingues!... ¡no te reconocí!

Ezequiel, 15



EL VACÍO EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE ES LA AUSENCIA DE DIOS EN SU VIDA
"Ezequiel, 15 
1.La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 
2.Hijo de hombre, ¿en qué vale más el leño de la vid que el leño de cualquier rama que haya entre los árboles del bosque? 
3.¿Se toma de él madera para hacer alguna cosa? ¿Se hace con él un gancho para colgar algún objeto? 
4.No, se tira al fuego para que lo devore: el fuego devora los dos cabos; el centro está quemado, ¿sirve aún para hacer algo? 
5.Si ya, cuando estaba intacto, no se podía hacer nada con él, ¡cuánto menos, cuando lo ha devorado el fuego y lo ha quemado, se podrá hacer con él alguna cosa! 
6.Por eso, así dice el Señor Yahveh: Lo mismo que el leño de la vid, entre los árboles del bosque, al cual he arrojado al fuego para que lo devore, así he entregado a los habitantes de Jerusalén. 
7.He vuelto mi rostro contra ellos. Han escapado al fuego, pero el fuego los devorará. Y sabréis que yo soy Yahveh, cuando vuelva mi rostro contra ellos. 
8.Convertiré esta tierra en desolación, porque han cometido infidelidad, oráculo del Señor Yahveh." 

martes, 28 de marzo de 2017

Me gustaria pasar el resto de mis dias...

El chiste de hoy... jaajaa

linda noche queridos amigos


Como preparar a tu hijo para la vida...

Nunca es demasiado tarde...

Ezequiel, 14


"Ezequiel, 14 
1.Algunos ancianos de Israel vinieron a mi casa y se sentaron ante mí. 
2.Entonces la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 
3.Hijo de hombre, estos hombres han erigido sus basuras en su corazón, han puesto delante de su rostro la ocasión de sus culpas, ¿y voy a dejarme consultar por ellos? 
4.Habla, pues, y diles: Así dice el Señor Yahveh: A todo aquel de la casa de Israel que erija sus basuras en su corazón o que ponga delante de su rostro la ocasión de sus culpas, y luego se presente al profeta, yo mismo, Yahveh, le responderé, a causa de la multitud de sus basuras, 
5.a fin de prender a la casa de Israel en su corazón, a aquellos que se han alejado de mí a causa de todas sus basuras. 
6.Por eso, di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahveh: Convertíos, apartaos de vuestras basuras, de todas vuestras abominaciones apartad vuestro rostro, 
7.porque a todo hombre de la casa de Israel, o de los forasteros residentes en Israel, que se aleje de mí para erigir sus basuras en su corazón, que ponga delante de su rostro la ocasión de sus culpas, y se presente al profeta para consultarme, yo mismo, Yahveh, le responderé. 
8.Volveré mi rostro contra ese hombre, haré de él ejemplo y proverbio, le extirparé de en medio de mi pueblo, y sabréis que yo soy Yahveh. 
9.Y si el profeta se deja seducir y pronuncia una palabra, es que yo, Yahveh, he seducido a ese profeta; extenderé mi mano contra él y le exterminaré de en medio de mi pueblo Israel. 
10.Cargarán con el peso de sus culpas ambos: la culpa del profeta será como la del que le consulte. 
11.Así, la casa de Israel no se desviará más lejos de mí ni seguirá manchándose con todas sus culpas. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, oráculo del Señor Yahveh. 
12.La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 
13.Hijo de hombre, si un país peca contra mí cometiendo infidelidad, y yo extiendo mi mano contra él, destruyo su provisión de pan y envío contra él el hambre para extirpar de allí hombres y bestias, 
14.y en ese país se hallan estos tres hombres, Noé, Danel y Job, ellos salvarán su vida por su justicia, oráculo del Señor Yahveh. 
15.Si yo suelto las bestias feroces contra ese país para privarle de sus hijos y convertirle en una desolación por donde nadie pase a causa de las bestias, 
16.y en ese país se hallan esos tres hombres: por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que ni hijos ni hijas podrán salvar; sólo se salvarán a sí mismos, pero el país quedará convertido en desolación. 
17.O bien, si yo hago venir contra ese país la espada, si digo: «Pase la espada por este país», y extirpo de él hombres y bestias, 
18.y esos tres hombres se hallan en ese país: por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que no podrán salvar ni hijos ni hijas; ellos solos se salvarán. 
19.O si envío la peste sobre ese país y derramo en sangre mi furor contra ellos, extirpando de él hombres y bestias, 
20.y en ese país se hallan Noé, Danel y Job: por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que ni hijos ni hijas podrán salvar; sólo se salvarán a sí mismos por su justicia. 
21.Pues así dice el Señor Yahveh: Aun cuando yo mande contra Jerusalén mis cuatro terribles azotes: espada, hambre, bestias feroces y peste, para extirpar de ella hombres y bestias, 
22.he aquí que quedan en ella algunos supervivientes que han podido salir, hijos e hijas; y he aquí que salen hacia vosotros, para que veáis su conducta y sus obras y os consoléis de la desgracia que yo he acarreado sobre Jerusalén, de todo lo que he acarreado sobre ella. 
23.Ellos os consolarán cuando veáis su conducta y sus obras, y sabréis que no sin motivo hice yo todo lo que hice en ella, oráculo del Señor Yahveh."

sábado, 25 de marzo de 2017

Nunca te quejes de aquello que tu mismo permites

Ezequiel, 12



"Ezequiel, 12 
1.La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 
2.Hijo de hombre, tú vives en medio de la casa de rebeldía: tienen ojos para ver y no ven, oídos para oír y no oyen, porque son una casa de rebeldía. 
3.Ahora, pues, hijo de hombre, prepárate un equipo de deportado y sal deportado en pleno día, a sus propios ojos. Saldrás del lugar en que te encuentras hacia otro lugar, ante sus ojos. Acaso vean que son una casa de rebeldía. 
4.Arreglarás tu equipo como un equipo de deportado, de día, ante sus ojos. Y saldrás por la tarde, ante sus ojos, como salen los deportados. 
5.Haz a vista de ellos un agujero en la pared, por donde saldrás. 
6.A sus ojos, cargarás con tu equipaje a la espalda y saldrás en la oscuridad; te cubrirás el rostro para no ver la tierra, porque yo he hecho de ti un símbolo para la casa de Israel. 
7.Yo hice como se me había ordenado; preparé de día mi equipo, como un equipo de deportado, y por la tarde hice un agujero en la pared con la mano. Y salí en la oscuridad, cargando con el equipaje a mis espaldas, ante sus ojos. 
8.Por la mañana la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 
9.Hijo de hombre, ¿no te ha preguntado la casa de Israel, esta casa de rebeldía: «Qué es lo que haces»? 
10.Diles: Así dice el Señor Yahveh. Este oráculo se refiere a Jerusalén y a toda la casa de Israel que está en medio de ella. 
11.Di: Yo soy un símbolo para vosotros; como he hecho yo, así se hará con ellos; serán deportados, irán al destierro. 
12.El príncipe que está en medio de ellos cargará con su equipo a la espalda, en la oscuridad, y saldrá; horadarán la muralla para hacerle salir por ella; y se tapará la cara para no ver la tierra con sus propios ojos. 
13.Mas yo tenderé mi lazo sobre él y quedará preso en mi red; le conduciré a Babilonia, al país de los caldeos; pero no lo verá, y morirá allí. 
14.Y a todo su séquito, su guardia y todas sus tropas, yo los esparciré a todos los vientos y desenvainaré la espada detrás de ellos. 
15.Y sabrán que yo soy Yahveh cuando los disperse entre las naciones y los esparza por los países. 
16.Sin embargo, dejaré que un pequeño número de ellos escapen a la espada, al hambre y a la peste, para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones adonde vayan, a fin de que sepan que yo soy Yahveh. 
17.La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 
18.Hijo de hombre, comerás tu pan con temblor y beberás tu agua con inquietud y angustia; 
19.y dirás al pueblo de la tierra: Así dice el Señor Yahveh a los habitantes de Jerusalén que andan por el suelo de Israel: comerán su pan con angustia, beberán su agua con estremecimiento, para que esta tierra y los que en ella se encuentran queden libres de la violencia de todos sus habitantes. 
20.Las ciudades populosas serán destruidas y esta tierra se convertirá en desolación; y sabréis que yo soy Yahveh. 
21.La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 
22.Hijo de hombre, ¿qué queréis decir con ese proberbio que circula acerca del suelo de Israel: Los días se prolongan y toda visión se desvanece? 
23.Pues bien diles: Así dice el Señor Yahveh: Yo haré que calle ese proverbio; no se le repetirá más en Israel. Diles en cambio: Llegan los días en que toda visión se cumplirá, 
24.pues ya no habrá ni visión vana ni presagio mentiroso en medio de la casa de Israel. 
25.Yo, Yahveh, hablaré, y lo que yo hablo es una palabra que cumple sin dilación. Sí, en vuestros días, casa de rebeldía, yo pronunciaré una palabra y la ejecutaré, oráculo del Señor Yahveh. 
26.La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: 
27.Hijo de hombre, mira, la casa de Israel está diciendo: «La visión que éste contempla es para días lejanos, éste profetiza para una época remota.» 
28.Pues bien, diles: Así dice el Señor Yahveh: Ya no habrá más dilación para ninguna de mis palabras. Lo que yo hablo es una palabra que se cumple, oráculo del Señor Yahveh." 

viernes, 24 de marzo de 2017

Si usted me quiere en su vida...


!Muy buenas noches mi gente bella!

Nuestro problema es que...

Y pensar que hay gente extraordinaria...

En las grandes crisis...

Te pienso en silencio...

Día mundial del agua

Procura siempre ayudar a alguien...

Cuando puedas contar

Ezequiel, 11


"Ezequiel, 11 
1.El espíritu me elevó y me condujo al pórtico oriental de la Casa de Yahveh, el que mira a oriente. Y he aquí que a la entrada del pórtico había veinticinco hombres, entre los cuales vi a Yazanías, hijo de Azzur, y a Pelatías, hijo de Benaías, jefes del pueblo. 
2.El me dijo: «Hijo de hombre, éstos son los hombres que maquinan el mal, que dan malos consejos en esta ciudad. 
3.Dicen: "¡No es para pronto el construir casas! Ella es la olla y nosotros somos la carne." 
4.Por eso, profetiza contra ellos, profetiza, hijo de hombre.» 
5.El espíritu de Yahveh irrumpió en mí y me dijo: «Di: Así dice Yahveh: Eso es lo que habéis dicho, casa de Israel, conozco bien vuestra insolencia. 
6.Habéis multiplicado vuestras víctimas en esta ciudad; habéis llenado de víctimas sus calles. 
7.Por eso, así dice el Señor Yahveh: Las víctimas que habéis tirado en medio de ella son la carne, y ella es la olla; pero yo os haré salir de ella. 
8.Teméis la espada, pues yo traeré espada contra vosotros, oráculo del Señor Yahveh. 
9.Os sacaré de la ciudad, os entregaré en mano de extranjeros, y haré justicia de vosotros. 
10.A espada caeréis; en el término de Israel os juzgaré yo, y sabréis que yo soy Yahveh. 
11.Esta ciudad no será olla para vosotros, ni vosotros seréis carne en medio de ella; dentro del término de Israel os juzgaré yo. 
12.Y sabréis que yo soy Yahveh cuyos preceptos no habéis seguido y cuyas normas no habéis guardado - por el contrario habíes obrado según las normas de las naciones que os circundan.» 
13.En esto, mientras yo estaba profetizando, Pelatías, hijo de Benaías, murió. Yo caí rostro en tierra y grité con voz fuerte: «¡Ah, Señor Yahveh!, ¿vas a aniquilar al resto de Israel?» 
14.Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos: 
15.«Hijo de hombre; de cada uno de tus hermanos, de tus parientes y de toda la casa de Israel, dicen los habitantes de Jerusalén: Seguid lejos de Yahveh; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesión. 
16.Por eso, di: Así dice el Señor Yahveh: Sí, yo los he alejado entre las naciones, y los he dispersado por los países, pero yo he sido un santuario para ellos, por poco tiempo, en los países adonde han ido. 
17.Por eso, di: Así dice el Señor Yahveh: Yo os recogeré de en medio de los pueblos, os congregaré de los países en los que habéis sido dispersados, y os daré la tierra de Israel. 
18.Vendrán y quitarán de ella todos sus monstruos y abominaciones; 
19.yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, 
20.para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios. 
21.En cuanto a aquellos cuyo corazón va en pos de sus monstruos y abominaciones, yo haré recaer su conducta sobre su cabeza, oráculo del Señor Yahveh.» 
22.Los querubines desplegaron sus alas y las ruedas les siguieron, mientras la gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos. 
23.La gloria de Yahveh se elevó de en medio de la ciudad y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad. 
24.El espíritu me elevó y me llevó a Caldea, donde los desterrados, en visión, en el espíritu de Dios; y la visión que había contemplado se retiró de mí. 
25.Yo conté a los desterrados todo lo que Yahveh me había dado a ver." 

jueves, 23 de marzo de 2017

Linda noche


Nunca esperé que mi vida me la resuelva el Estado


Y lo escogí a usted, sí, a usted...


Que tu fe en la vida...

Infancia de Facundo Cabral.



¿Cómo fue su infancia?

Mi padre se fue un día antes de que yo naciera. En la noche en la que mi padre se fue, echaron a mi madre de la casa de mi abuelo paterno.

Según Cabral, "somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad".

Mi padre le dijo: "Sara ya no es mi mujer" y la echaron de la casa cruelmente. Mi madre salió a la calle con seis hijos. Yo nací a media cuadra de donde vivía mi madre, en la banqueta, en la vereda.

Mi madre caminó nueve años buscando un lugar dónde pudiera estar tranquila. Estaba bastante enojada con la sociedad humana. Cruzamos todo el desierto de la Patagonia, que son poco más de 3.000 kilómetros. En esos nueve años, vi morir a cuatro hermanos de hambre y de frío.

Fue un viaje rarísimo. Sólo había una persona que nos podía ayudar. En esa época nadie le daba trabajo a una mujer sola y menos con hijos. Había pueblos en los que cuando nos veían venir, cruzaban de vereda.

Escuché sobre la posibilidad de que alguien nos consiguiera trabajo. Cuando tenía nueve años, llegué hasta Buenos Aires, tras tres, cuatro meses de viaje. Me le acerqué a la señora Eva Perón y le pedí un trabajo.

Espero que, por favor, esto no suene de ninguna manera a un anuncio político, simplemente estoy contando la realidad y hablando de una señora a la que le debo muchísimo, cuando le pedí trabajo, ella me dijo: "Por fin alguien que pide trabajo y no limosna. Siempre hay trabajo, mi amor".

"¿Cómo no voy a ser alguien que está en paz? La felicidad no es un derecho, es un deber. Si no eres feliz, estás amargando a todo el mundo"

Desde ahí fui responsable de mi mismo. Volví a buscar a mi madre y a los dos hermanos que me quedaban. Nos vinimos más al norte, donde en una escuela nos daban un salario a cambio de limpiarla, cuidarla y vivir en ella. Eran 160 pesos que en esos momentos nos salvaban la vida.

Me fui a trabajar solo hasta los catorce años. Me metí en pleito tras pleito. De pronto me encierran porque andaba haciendo lío por todos lados y en el lugar donde me encerraron había un jesuita que me enseñó a leer y a escribir. Me enamora de los libros que me enamoraron del mundo.

A los 17 años, un vagabundo me dice que soy príncipe, cosa que yo no sabía. Señalando el cielo me dijo "¿Cómo llamas al hijo del rey del Universo? Príncipe", Como esa señora que estaba cruzando la vereda, me dice, "es una princesa". De la alegría de la gran noticia, sentí que estaba naciendo por fin.

Ya que estaba naciendo y que tenía 17 años, escribí mi primera canción, que fue una canción de cuna que me escribí a mi mismo. Es una canción que se canta en 17, 18 idiomas.

Cuando descubrí el don que Dios me había dado, cuando descubrimos la tarea para la que nos trajo, ¡mi Dios!, es una inmensa felicidad porque estamos ejecutando nada más ni nada menos que una tarea que va en formación de nuestras vida y que está definida por el rey del Universo.

¿Cómo no voy a ser alguien que está en paz? La felicidad no es un derecho, es un deber. Si no eres feliz, estás amargando a todo el mundo. Un solo hombre desdichado, que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó matar seis millones de hermanos judíos. Un desdichado es muy peligroso.

Ezequiel,10


"Ezequiel, 10 

1.Miré y vi que sobre el firmamento que estaba sobre la cabeza de los querubines aparecía, semejante a la piedra de zafiro, algo como una forma de trono, por encima de ellos. 

2.Y dijo al hombre vestido de lino: «Métete entre las ruedas, debajo de los querubines, toma a manos llenas brasas ardientes de entre los querubines y espárcelas por la ciudad.» Y él entró, ante mis ojos. 

3.Los querubines estaban parados a la derecha de la Casa cuando el hombre entró, y la nube llenaba el atrio interior. 

4.La gloria de Yahveh se elevó de encima de los querubines hacia el umbral de la Casa y la Casa se llenó de la nube, mientras el atrio estaba lleno del resplandor de la gloria de Yahveh. 

5.Y el ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior, semejante a la voz del Dios Sadday cuando habla. 

6.Cuando dio esta orden al hombre vestido de lino: «Toma fuego de en medio de las ruedas, de entre los querubines», el hombré fue y se detuvo junto a la rueda; 

7.el querubín alargó su mano de entre los querubines hacia el fuego que había en medio de los querubines, lo tomó y lo puso en las manos del hombre vestido de lino. Este lo tomó y salió. 

8.Entonces apareció en los querubines una especie de mano humana debajo de sus alas. 

9.Miré: había cuatro ruedas al lado de los querubines, cada rueda junto a cada querubín, y el aspecto de las ruedas era como el destello del crisólito. 

10.Las cuatro parecían tener la misma forma, como si una rueda estuviese dentro de la otra. 

11.En su marcha, avanzaban en las cuatro direcciones; no se volvían en su marcha; seguían, en efecto, la dirección del lado adonde miraba la cabeza, y no se volvían en su marcha. 

12.Y todo su cuerpo, su espalda, sus manos y sus alas, así como las ruedas, estaban llenos de destellos todo alrededor; sus ruedas, las de los cuatro. 

13.Oí que a las ruedas se les daba el nombre de «galgal». 

14.Y cada uno tenía cuatro caras: la primera era la cara del querubín, la segunda una cara de hombre, la tercera una cara de león y la cuarta una cara de águila. 

15.Los querubines se levantaron: era el ser que yo había visto sobre el río Kebar. 

16.Cuando los querubines avanzaban, avanzaban las ruedas a su lado; cuando los querubines desplegaban sus alas para elevarse del suelo, las ruedas no se volvían tampoco de su lado. 

17.Cuando ellos se paraban, se paraban ellas, y cuando ellos se elevaban, se elevaban con ellos las ruedas, porque el espíritu del ser estaba en ellas. 

18.La gloria de Yahveh salió de sobre el umbral de la Casa y se posó sobre los querubines. 

19.Los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo ante mis ojos, al salir, y las ruedas con ellos. Y se detuvieron a la entrada del pórtico oriental de la Casa de Yahveh; la gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos. 

20.Era el ser que yo había visto debajo del Dios de Israel en el río Kebar; y supe que eran querubines. 

21.Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y bajo sus alas formas de manos humanas. 

22.En cuanto a la forma de sus caras, tenían la apariencia de las caras que yo había visto junto al río Kebar. Cada uno marchaba de frente a derecho.